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Ametralladoras

Ametralladoras

Julio López Diaz 19 Ene 2018

El alto mando británico de la Primera Guerra Mundial se mostraba al principio reacio a dotar de ametralladoras a sus tropas, porque consideraba que era un arma defensiva contraria a los ideales del ejército británico. “Dos por batallón es más que suficiente” declaraba el general Haig en 1915. Cuando compañías enteras de infantes británicos perecieron frente a las ametralladoras alemanas en Ypres, el mando cambió de opinión y formó el Cuerpo de Ametralladoras.

Ya que para muchos lo de los Quantitative Easing era poca munición, el siguiente paso ha sido la reforma fiscal de Trump. Sigue siendo curioso que a una economía en pleno vigor según comunican los políticos, no dejen de hacerle falta esteroides permanentemente. Una vez conocida un poco mejor la letra pequeña de la reforma fiscal americana, podemos empezar a darle vueltas a las distintas implicaciones que puede tener. Una de las cosas que cambian es el sistema tributario internacional existente para las corporaciones norteamericanas. El sistema anterior permitía diferir el pago de impuestos hasta que se repatriaran efectivamente los beneficios empresariales obtenidos fuera de Estados Unidos, por lo que muchas empresas optaron por, básicamente, apilar grandes cantidades de dinero fuera del país, principalmente en algún tipo de paraíso fiscal. En algunos casos, como en Apple, las empresas para obtener liquidez sin recurrir a la repatriación se vieron obligadas a emitir bonos. La cifra total estimada que las compañías mantenían fuera era alrededor de 3 billones de dólares (europeos) casi dos veces y media el PIB de España. La ley aprobada establece una tasa para el cash retornado del 15.5% y para otros activos menos líquidos del 8%, y las empresas pueden pagarlo en los próximos ocho años. Apple ha sido la primera empresa en acogerse a la medida, y eso le va a suponer pagar alrededor de 38.000 millones de dólares en impuestos. Todo esto supone un mundo de conjeturas y un verdadero dominó de posibilidades en el mundo de los activos financieros, (y puede que en la economía real).  La cifra a pagar viene a ser alrededor del 80% de los beneficios esperados de este año o una reducción del beneficio del 10% los próximos ocho años. Eso en cuanto a valoración, pero lo realmente interesante es qué va a hacer con ese dinero y segundo, dónde está ahora mismo, porque su traslado puede tener un impacto significativo en tipos de interés, tipos de crédito o divisas. El abanico de ese dinero estará en bonos gubernativos y bonos corporativos, en diversas monedas, y no sabemos en qué medida puede estar cubierto con alguna estructura compleja fuera de balance, que pueda minorar el efecto que comentamos o si se llevará directamente los holding que tiene fuera a Estados Unidos para pagar sólo ese 8%. Pero en principio, en un momento en el que progresivamente van a desaparecer (eso han dicho) las compras de Bancos Centrales, el que puedan desaparecer también del lado de la demanda de bonos muchas de estas empresas, puede tensionar todavía más los mercados monetarios. Desde luego, en el mercado de divisas no hemos visto, de momento, movimientos apreciativos del dólar, sino todo lo contrario.

En el lado de lo que puede hacer con ese dinero, las posibilidades son muchas. En el caso de la compañía de la manzana, lo que les gustaría a los bancos de inversión es que se lanzara a por algún tipo de adquisición que les dejara a ellos pingües beneficios. Unos dirán que Tesla, y otros presentarán papeles en los que la víctima podría ser Netflix. En un caso u otro, veremos seguramente saltos alocados en las cotizaciones, por rumores de que han visto a Tim Cook en un Mall viendo por fuera el Model S de Tesla o que se había bajado la segunda temporada de The Crown. Otra posibilidad es que empleara ese dinero para seguir comprando sus propias acciones y seguir llevando su cotización hasta el infinito y más allá. Seguirás incrementando la inflación de activos financieros, pero para la economía real no supondrá nada. Seguramente, para congraciarse con Trump, harán algún tipo de concesión diciendo que usarán parte de ese dinero para crear nuevos puestos de trabajo en Estados Unidos (America first). Veremos cuál es el sumatorio final de todas estas cuitas y si seguiremos vivos para contarlo (esta semana han vuelto a circular rumores de cierre gubernamental por sobrepasar el techo de deuda). Pero como alguien de cualquier partido en la oposición dijo una vez, las promesas de ayer son los impuestos de hoy. Muchos de los problemas con que se enfrenta hoy el mundo son el resultado de medidas a corto plazo adoptadas en el siglo pasado. Cada vez conozco más amigos financieros que se siguen sorprendiendo con que haya gente tan primitiva que no se le ocurra otro método para ganar dinero que trabajar, con lo fácil que es comprar cualquier acción e irse a dormir…  Ese es el mundo que nos hemos construido y quizá tenga que cambiar mi cabeza prusiana para sobrevivir en él.

Mientras tanto, para compensar, en el Viejo Mundo hemos presenciado esta semana la quiebra de Carillion en Gran Bretaña, otra empresa con grandes conexiones con el Gobierno Británico que prestaba servicios de soporte técnico y construcción en todo el mundo, con 31.000 empleados directos y unos cuantos decenas de miles indirectos, y con un agujero en su fondo de pensiones como para drenar el Támesis. A eso se le acompaña un informe de Begbies Traynor, la empresa especialista en insolvencias, anunciando que hay casi 500.000 negocios en Gran Bretaña con stress financiero, un 36% más que el año anterior. ¡Viva el Brexit! Y un aviso a navegantes más próximos…

La clave para el próximo mes la vamos a tener en los tipos de interés americanos. Estamos a punto de romper la zona del 2.60% a 10 años, que fueron los máximos del año pasado, y que significarían técnicamente la ruptura de la tendencia bajista de los últimos treinta años. Las consecuencias, en mi opinión, es que muchos fondos de pensiones podrían a empezar plantearse cambiar parte de su cartera de renta variable por tipos de interés.

Y para terminar, una estadística curiosa que aparece en bespokeinvest. Desde 1993, si alguien hubiera comprado a la apertura del SP500 cada día y lo hubiera vendido al final del día, la rentabilidad hubiera sido del -5.2%, pero si se hubiera hecho lo contrario, comprar al final del día y vender al comienzo de la siguiente sesión, el retorno hubiera sido del 568%. La mayoría del movimiento se produce en el llamado mercado after-hours cuando no hay casi jugadores en el campo de juego. ¿Hay o no hay meigas?


Si tuviéramos que fiarnos del sentido común, la Tierra seguiría siendo plana…

Buena semana


Julio López Díaz, 19 de enero de 2018

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